Definición
El objetivo genérico de la Prevención de Riesgos
Laborales es proteger al trabajador de los riesgos que se derivan de su
trabajo; por tanto, una buena actuación en Prevención de Riesgos Laborales
implica evitar o minimizar las causas de los accidentes y de las enfermedades
derivadas del trabajo. Esto debe conseguirse, en primer lugar, fomentando
-primero en los responsables de las empresas y después en todos los
trabajadores- una auténtica cultura preventiva, que debe tener su reflejo en la
planificación de la prevención desde el momento inicial.
Para llevar a cabo esta
planificación es necesario desarrollar un proceso que tiene varias etapas, la
primera de las cuales es la evaluación inicial de los riesgos inherentes a los
puestos de trabajo que hay en la empresa; esta revisión de partida, y su
actualización periódica, conducen al desarrollo de medidas de acción preventiva
adecuadas a la naturaleza de los riesgos detectados, así como al control de la
efectividad de dichas medidas. Todo ello debe ir, además, acompañado de un
proceso permanente de información y formación a los trabajadores y trabajadoras
para que conozcan el alcance real de los riesgos derivados de sus puestos de
trabajo y la forma de prevenirlos y evitarlos.
La definición del plan de prevención exige llevar a
cabo unos pasos concretos:
1. Recogida y análisis de información
2. Definición
de objetivos y metas a alcanzar
3. Control
periódico del plan anual
4. Valoración de la
eficacia del plan
Vinculación práctica
La planificación de la
prevención debe seguir un proceso estructurado en varias etapas. El ámbito de
aplicación de dicha prevención y el alcance de la misma depende de las
características de cada empresa (su actividad productiva y, en consecuencia,
los riesgos potenciales de sus puestos de trabajo, etc.), pero la metodología
que ha de seguirse se materializa en los llamados Sistemas de Gestión de
Prevención de Riesgos Laborales.
Un Sistema de Gestión de Prevención de Riesgos
Laborales debe responder a una serie de características esenciales, comunes en
muchos aspectos con el proceso de búsqueda de la calidad total; estas
características son las siguientes:
- Globalidad: el Sistema de Gestión de Prevención de Riesgos Laborales debe contemplar todas las actividades de la empresa; la interrelación de las actividades de los distintos departamentos de la empresa obliga a tener una visión conjunta de la misma.
- Oportunidad: las acciones que implique la aplicación del Sistema de Gestión de Prevención de Riesgos Laborales deben realizarse en el momento adecuado, para que tengan la efectividad deseada.
- Eficiencia: la búsqueda de la consecución de objetivos debe realizarse tras haber analizado el origen de los problemas, no sus efectos.
- Integración: es necesario analizar la repercusión de cada acción derivada del Sistema de Gestión de Prevención de Riesgos Laborales sobre el conjunto de la empresa, estudiando las ventajas e inconvenientes que cada una de estas acciones presenta con respecto a los objetivos prefijados.
- Cuantificación: es necesaria la búsqueda continua de ratios y estándares para evaluar en la consecución de los objetivos establecidos.
- Periodicidad: la
bondad del Sistema de Gestión de Prevención de Riesgos Laborales deberá
ser revisada con una metodología y una recurrencia predeterminadas, lo
que permitirá evaluar los éxitos obtenidos y corregir los defectos y las
desviaciones.
Para implantar un
Sistema de Gestión de Prevención de Riesgos Laborales es imprescindible que en
la empresa se haya inculcado previamente una cultura preventiva tal y como se
ha comentado anteriormente, a fin de que exista una implicación efectiva
relacionada a la necesidad de implantarlo.
Todas las actuaciones
preventivas que se implementen deberán de ser sometidas a control con el fin de
comprobar el grado de cumplimiento de los objetivos fijados para garantizar la
seguridad y salud del personal. Para que la política preventiva tenga un efecto
positivo se hace muy necesario anticiparse a la aparición de los problemas, por
lo que el control "a priori" requiere, entre otras acciones:
- Comprobación
de los procedimientos operativos.
- Actualización
a las nuevas normativas.
- Identificación
de prácticas inseguras.
- Reconocimientos
médicos específicos en función de los riesgos a los que pueda estar
expuesto el personal.
- Valoración
de riesgos asociados a los factores psicosociales: estrés, mobbing,
burn-out, salud mental...
- Inspecciones
técnicas periódicas programadas sobre los puestos de trabajo.
- Muestreos
ambientales periódicos.
- Auditorias
periódicas sobre el sistema de gestión en todas sus áreas.
- Análisis
del grado de motivación y actitudes de todo el personal implicado en el
sistema productivo de la empresa, incluidos los mandos.
- Evaluación
del nivel de formación y adaptación del personal a las nuevas
tecnologías.
- Grado de
comunicación entre los diferentes órganos de la empresa.
La opción a considerar y
la menos deseada es el control "a posteriori", única actuación a
realizar una vez que han aparecido los problemas, bien sean catalogados como
incidentes, o en el peor de los casos, como accidentes, lo cual viene a poner
en evidencia la debilidad del sistema preventivo, indicando sus fallos. Se hace
entonces necesario iniciar procedimientos de investigación, análisis y registro
de los factores que han podido producir dichos inoportunos y poco deseables
acontecimientos, que afectan por una parte a la integridad personal, y por otra
a la continuidad del ciclo productivo.
La empresa deberá de
inmediato poner en marcha una serie de acciones, entre las que se encuentran
las siguientes:
- Detección
de los factores causales,
- Elaboración
de un programado plan de actuación,
- Adopción
de todas aquellas medidas preventivas que mejor se adapten a los riesgos
específicos detectados.
- Aplicación
de controles periódicos que garanticen la idoneidad de las nuevas medidas
correctoras adoptadas.
Por tanto se está ante
un mecanismo de prevención activo, que pretende anticiparse a situaciones
negativas, identificando los posibles focos de riesgo, estableciendo, por una
parte, mecanismos de aislamiento de los mismos, y por otra, si ello no fuera
posible, aislando del riesgo al personal, para lo cual se establecen
dispositivos e implementos de protección personal, que minimicen la posibilidad
de accidentes y por tanto ayuden a mantener el mejor estado la salud e
integridad de todo el personal que interviene en el proceso productivo.
Las empresas que deseen
alcanzar criterios de excelencia en materia de seguridad y salud deben
estructurarse y funcionar de manera que puedan poner en práctica, de forma
efectiva, sus políticas de prevención de riesgos laborales la creación de una
cultura positiva que asegure:
- Una
participación y un compromiso a todos los niveles.
- Una
comunicación eficaz que motive a los trabajadores y trabajadoras a
desarrollar las tareas de su puesto de trabajo con seguridad.
- Una
información y formación que permitan a todos los trabajadores y
trabajadoras hacer una contribución responsable al esfuerzo necesario en
materia de seguridad y salud.
- Un
liderazgo visible y activo de la dirección para desarrollar y mantener el
apoyo a una cultura de la prevención que sea el denominador común
compartido por todos los estamentos de la organización.
Un sistema de gestión de
Prevención de Riesgos Laborales, para que sea eficaz, exige que:
- La PRL
deberá integrarse en el conjunto de actividades y decisiones, tanto en
los procesos técnicos, en la organización del trabajo y en las condiciones
en que este se preste, como en la línea jerárquica de la empresa,
incluidos todos los niveles de la misma.
- La
integración de la prevención en todos los niveles jerárquicos de la
empresa implica la atribución a todos ellos y la asunción por éstos de la
obligación de incluir la prevención de riesgos en cualquier actividad que
realicen u ordenen, y en todas las decisiones que adopten.
- El
establecimiento de una intervención de prevención de riesgos integrada en
la empresa supone la implantación de un plan de prevención de riesgos que
incluya la estructura organizativa, la definición de funciones, las
prácticas, los procedimientos, los procesos y los recursos necesarios
para llevar a cabo dicha intervención.
Elementos destacados
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Conclusión
Se trata, en definitiva,
de conseguir una integración de la prevención de riesgos en la gestión de la
empresa, buscando concretar la misma en la promoción y la protección efectiva
de la seguridad y salud de cada trabajador o trabajadora. El objetivo no es
únicamente, por ejemplo, mejorar la formación en seguridad del personal de la
empresa, sino garantizar, para cada uno de los trabajadores, la formación y la
información adecuadas sobre los riesgos que entraña su puesto de trabajo, y la
adaptación de sus características psicofísicas a las del puesto de trabajo que
tiene asignado.
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